viernes, febrero 29, 2008

Caleta Horcón, digna de imitar...



He llegado a la Caleta Horcón, su calle principal está atochada de automóviles, y un mar humano se desplaza de un lugar a otro recorriendo su calle principal, sus pasajes… la mirada salta de un lugar a otro, fijándose en cada detalle, en lo alto casas sustentadas en vigas de madera que, a no dudarlo, tienen una vista impresionante.

Al lado sur se encuentra un cerro que conducía a la playa Cau Cau, que según se dice fue la primera playa nudista de nuestro país. Hoy esa playa está casi inaccesible, un condominio de edificios irrumpió en el lugar generando la discordia en el pueblo, en vista de eso la playa de nudista se trasladó al norte de horcones, un lugar místico, abierto para todo el mundo, sólo se deben respetar las normas, no hay restricciones de acceso, es gratis, y se puede ingresar como se guste, curiosos recorren el lugar, luego se integran en alma y cuerpo al vivir una libertad indescriptible.

En los años 70 Horcón de ser una caleta silenciosa, hace noticia, los hippies se apoderan de ella y el pueblo toma fuerza y vigor. Los pueblerinos los acogen porque ven en ellos gente buena que solo proclama el amor, la paz, música, la libertad.

Los hippies que se quedaron, más los que han llegado en el tiempo han hecho de Horcón un pueblo pujante, una caleta que irradia un aura especial, indescriptible, que al estar ahí, uno promete mil veces volver.

En su caleta la atracción es indescriptible, una multitud digna e envidiable del mejor payaso o político, mira y observa como los botes ingresan y son sacados del mar tirados por caballos. Niños, jóvenes y adultos gozan de sus playas y practican deportes náuticos.

Horcón, un pueblo digno de imitar, artesanos que han generado diversas empresas que tiene relación con múltiples ámbitos, cuero, madrea, piedra, tejidos, ropas, centros de masajes, comidas, turismo, pesca artesanal, etc. Lo que impresiona es como todo el pueblo, sus habitantes trabajan en forma mancomunada y todos se necesitan y se apoyan entre si.

Horcón, es noticia en forma permanente en los medios de comunicación nacional como internacional, primero los hippies, luego barcos de grandes tonelajes que se han hundido en sus costas, una virgen que no hace mucho hizo noticia, lágrimas corrían por sus mejillas. Hoy como ayer las playas de nudismo atraen a niños, jóvenes y adultos en donde esa libertad indescriptible se vive y se palpa, la sensación es imposible llevarla al lenguaje escrito, no se percibe racionalmente, para entenderlo hay que vivirlo, y todo comentario que lleve a la sexualización del tema, pierde sentido.

Pienso, medito, reflexiono, Horcón, una caleta que en forma constante genera cuentos y estos dan resultados, porque son cuentos en que todo un pueblo asume compromiso y acción y ahí están los resultados, una playa que es sólo una playa largísima, ha sido parcelada imaginariamente y diversos nombres han tomado, la Iglesia, la luna, entre otras, las cuales también han sido abordadas por diversos condominios que rodean su cerros y tiene una vista panorámica impresionante, llega a tal punto el adelanto de estos complejos habitacionales que sus ascensores llegan a escasos metros de la arena.

El pueblo, la caleta Horcón, está siendo aprisionado, cercado por el norte y por el sur, lugares cercanos a la playa contrastan con grandes condominios, pero su gente se resiste al cemento y están empeñados en mantener sus tradiciones, con sus restoranes atochados con vistas maravillosas por las que una y otra vez el turista promete volver, otros no prometen se quedan y hacen sus vidas, felices, en tan pintoresca zona.
***

viernes, febrero 15, 2008

Faro de Quintero ...¡¡¡No está!!!




Recorro, miro y observo sus calles que suben y bajan, busco aquella calle o casa, que me dé señales de él, un hombre destacado en las letras que vivió en esta localidad y muy pocos saben que aquí paso parte de su vida, quién sabe algo?, pregunto una y otra vez por su persona, nadie sabe quién es o quién era, y que hacía este hombre que busco y que apasionó a muchos con sus relatos del mar austral de chile.

Sus relatos conmovieron a generaciones tanto en nuestro país como fuera de él, premiado y galardonado a nivel mundial, sus obras traducidas a una gran cantidad de idiomas deleitaron y siguen conmoviendo a grandes y chicos con temas relativos principalmente al mar.

Recorrí calles y sectores de su ciudad adoptiva, luego de mucho preguntar y recorrer la costa de Quintero, un hombre que repara una puerta y que clava clavos tras clavo en una bisagra oxidada, sin ver martillo ni tabla alguna, me atrae hacia su persona, increíble un hombre ciego me da luces y nombra calles y la residencia del hombre que busco, ¡que paradojal! un ciego me ilumina en mi búsqueda, me cuenta de Francisco Coloane, me da datos de él, no lo interrumpo, lo miro y lo escucho atentamente, para mi no está ciego, responde a mis preguntas que son muchas, y a través de sus recuerdos, la imagen de Coloane se agiganta a pesar de no estar con nosotros, puesto que recorre simbólicamente los canales y mares australes del sur de Chile.

Este hombre, con la mirada perdida hace mucho y con los recuerdos de España y de su hija que vive y trabaja en la Universidad de Tarapacá en Arica me hace retornar a mi ciudad, 2000 kilómetros en la conversación hacen que este hombre sienta la alegría reflejada en su rostro, que su hija esté ahí presente en nuestra conversación.

Francisco Coloane está con nosotros, es la figura en la conversación, vivió parte de su vida en este Puerto, fue su refugio y desde aquí dio vida a obras magistrales relativas al mar.

Hoy la única referencia de Francisco Coloanne, autor de innumerables novelas, historias y leyendas del sur de Chile, conocido a nivel mundial, es un salón de la Municipalidad de Quintero que lleva su nombre, me indica este hombre que nada ve, pero todo lo siente.

Pienso y medito, Quintero una ciudad, un puerto pujante, con su gente, una geografía e identidad que lo distingue, muelles, playas, roqueríos y una casona que habría sido lugar de descanso presidencial adornan sus cerros.

No puedo abstraerme, superpongo mentalmente imágenes de Arica y Quintero, cada una con sus propias características e identidad.

Busqué a Francisco Coloane, su recuerdo mediante los relatos de un no vidente está vivo en mi persona. Murió con 80 y tantos años a cuesta, todos dedicados a generar novelas, cuentos y leyendas del sur de nuestro país. Hoy algunos escritores jóvenes siguen sus pasos y lo copian en forma burda y venden sus libros, pero detrás de ellos, está este hombre que trasciende a su época, Francisco Coloane no ha muerto, vive en nuestro recuerdo y en las bellas historias dejadas en sus escritos, fue un intrépido, un explorador en los mares australes, su figura se enaltece en el recuerdo y desde aquí como lo conversé con algunos Quinterinos, una estatua gigante debe ser colocada a la entrada de Quintero, que sea un faro que ilumine el sendero de barcos, autos, micros y mochileros que buscarán a Francisco Coloane, para estar cerca de uno de los grandes de la literatura chilena.

domingo, febrero 10, 2008

Ventanas y Quintero...belleza y progreso



La vista es extraordinaria, cuento más de 15 barcos de grandes tonelajes, de diversas banderas que entran y salen a los diferentes muelles de la bahía de Ventanas y Quinteros, algunos descargan sin atracar mediante tuberías submarinas.
A la distancia distingo tres muelles, los cuales más tarde recorro. Uno de ellos granelero, otro lleno de tuberías para la descarga de combustibles, otros, de grandes proporciones, en construcción en la bahía de Quinteros, el que se proyecta como el puerto más grande de nuestro país dentro de unos años producto de que el gobierno generará grandes depósitos de combustibles como una forma de superar los problemas energéticos que tiene el país y para soslayar los inconvenientes con los países vecinos.
Me pregunto dónde estoy, ¡¡¡como ha crecido nuestro país!!!, Ventanas, un puerto que hace un par de décadas sólo contaba con un muelle para descargar carbón para la planta termoeléctrica de Ventanas, hoy es otro mundo.
Ventanas, con una larga playa para recorrer, un mar humano se apodera de ella, automóviles y buses de diferentes ciudades se aglutinan en sus calles, su entorno, sus bosques de eucaliptos en los cerros le dan un aura de encanto y belleza.
Recorrer el lado norte de Ventanas es estar en un lugar extraño y maravilloso, sus roqueríos en los cuales uno de ellos da forma a una ventana, de ahí el nombre de la localidad, precipicios y acantilados son tan asombrosos que atraen a chilenos y extranjeros. Cada piedra, cada roca es un llamado a caminar y recorrer lugares con una magia indescriptible que escritores tienen como lugar de reflexión e inspiración.
En el caminar por sus playas, encontramos un lugar destinado a los pescadores artesanales, un hombre de edad avanzada que me recuerda al protagonista de “El Viejo y el Mar” realiza mantención a su bote y me cuenta parte de su historia, una vida dedicada a la pesca, hace un año llenaba su bote con pescados muy cercano a la orilla, visualizó tiempos mejores, producto de lo cual dio en parte de pago su bote más sus ahorros y la vida le cambió de la noche a la mañana, de tener un bote pequeño, maniobrable por su persona, pasó a tener un bote que requiere una mayor tripulación, lo que le hace imposible sacarlo a la mar y una y otra vez cuenta su historia y su nostalgia de tiempos idos se refleja en sus ojos perdidos en el horizonte. Su historia me recordó a aquellos viejos ariqueños que no logran superar recuerdos del pasado y viven de la nostalgia de tiempos perdidos en el tirmpo, sin desconocer que tenemos hechos históricos que no podemos superar.
Tengo en mi mente la imagen de la bahía de Ventanas y Quinteros e imaginariamente coloco sobre ellas la bahía de Arica, la imagen no me cuadra, pensando que somos una ciudad y un puerto fronterizo.
B I E N V E N I D O S

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